Graciela,
el primer colibrí azul.
A mí amada madre Graciela:
El primer colibrí azul multicolor que vi en mí vida mientras se posaba dulcemente sobre mi mano.
A ella, gran patrocinadora financiera y gestora de este proyecto de investigación sobre las emociones.
Así como de la aplicación de la primera fase diagnóstico y del estudio de caso sobre la emoción de la ira realizada en la ciudad de Barrancabermeja (Santander) entre el año 2009 y 2012.
Este trabajo no hubiese visto la luz de no haber sido sostenida por mi ángel, mi gran amiga, aliada emocional y espiritual.
Pues fue ella quien creyó en este trabajo a pesar de mí misma.
Con la suavidad que tiene el viento al pasar entre las hojas de los árboles, así fue su paciencia al acompañarme, tener fe en mí, y apoyarme a lo largo de estos, ya no (8) ocho sino (15) quince años (2009 a 2023) de observación y escritura silenciosa.
Un silencio que estuvo acompañado por la tristeza de haber sido desterrada injustamente y de manera discreta de todos los escenarios laborales por parte de la Policía Nacional colombiana a través de la ECSAN.
El fin de dicho acto vil sobre mi carrera profesional ha sido anular mi trabajo, y el hecho muy puntual de haber sido una mujer como yo, quien diseñó en el año 2008, la adaptación metodológica del proyecto "Cultura de legalidad" para Colombia y América Latina.
Esta propuesta que concretó, en el año 2008, de millonarios apoyos y recursos económicos, por parte del gobierno norteamericano, al Gobierno del ex mandatario que lideró el país durante el año en mención.
Ha sido mi primer trabajo etnosemiótico de observación aguda en torno a los modos de relación social y emocional que establecen los policías con los ciudadanos.
Este primer trabajo, el cual he considerado a mis ojos, como uno aún muy incipiente, respecto del trabajo que presentaré ahora en este libro en torno al tema de salud emocional y de salud mental.
Se ha constituido en mi vida, en la piedra angular de una serie de plagios y robos intelectuales de los cuales he sido víctima por parte, no sólo del gobierno nacional de turno, sino también de este ex presidente y de terceros comandados por él.
Gracias a este primer trabajo de observación que realicé sobre las emociones entre los policías y los ciudadanos.
La Policía Nacional logró desarrollar una propuesta curricular, que vendió en su momento a los gobiernos de México, algunos países en América central y el medio oriente.
Lamentablemente este personaje de la vida pública que, desde el año 2019, decidió declararme la guerra, porque a él le parecía desde su visión androcéntrica y reduccionista del mundo que:
"era imposible que una mujer tan sencilla en su modo de vestir y de ser, así como de compartir con el mundo práctico como yo, fuese quien escribió una propuesta que le hubiese generado tantas ganancias económicas al país.
Pero sobre todo, a los ojos de este ex presidente no era posible, que fuese esa mujer, una sin pretensión alguna más que la de mostrar su talento y trabajo a través de sus líneas de negocio, desde sus (2) dos empresas, una tan inteligente y que además fuese estudiada, la que hubiese escrito tal propuesta".
El acervo probatorio que me acompaña en relación a mi autoría moral y al abuso de poder, así como al despotismo, tanto de la Policía Nacional, así como de dicho personaje, y de un grupo de civiles, del que he sido víctima estos (15) quince años, evidencia que:
fabricar complots para asesinarme no va a borrar el hecho ineluctable de ser yo, Kia Bo Roi, la autora de más de una propuesta multimillonaria que le ha dado réditos y ganancias al país a lo largo de estos últimos (15) quince años.
La lección que considero habrá que aprender aquí es que:
mi capacidad innata para generar riqueza material, no debe ser juzgada por mi apariencia externa, sino por el talento creativo e intelectivo que nació conmigo.
Ya que no he necesitado arrebatarle a nadie, ni en el plano material ni en el plano etérico o astral su trabajo e ideas creativas, como él sí lo suele hacer.
La naturaleza estoica y austera que ahora me gobierna, y que fue desplazando mi vanidad académica y estética, la he aprendido de mi madre, un ser que no es de este mundo. El Ángel protector que el Dios de pura luz me regaló.
Al crecer, me percaté que fui afortunada al tener una madre amorosa, compasiva, magnánima y dulce, como sólo los ángeles pueden ser.
Ella me protegió a lo largo de mi infancia, adolescencia y ahora en mi adultez de la intolerancia, el bullying, la difamación, la envidia, el hostigamiento abusivo y los complots para asesinarme físicamente, que algunos me han proferído por ser diferente.
Su amor inconmensurable, como suele ser el amor de una madre, me protegió del espíritu del asesinato que durante años me ha rodeado.
Ha sido mi madre quien ha sembrado en mi corazón el aprender a dar amor a cambio de nada, y en medio de la adversidad.
Cada una de esas lecciones amorosas que vi, a través de su vida y sus actos a lo largo de los años, me hicieron creer ciegamente que el amor genuino y sincero existe todavía sobre este planeta.
Este trabajo de investigación, que forma parte de (14) catorce entregas de mi primera serie, tomó (30) treinta años de mi adolescencia y juventud.
El amor incondicional de mi madre me hizo comprender que sí cada una de las personas a las que llegue mi trabajo, cree que es posible tener fe y dar amor, a cambio de nada y a pesar de su propia dificultad, ha de encontrar un tesoro:
El de tener la capacidad de convertirse en un ángel protector para sí mismo, y también para otros.
No obstante, el aprendizaje más valioso, que ha sido necesario decantar de manera reiterada.
Y a la vez insertar en este cúmulo de aprendizajes álmicos, gracias a la experiencia que he vivido estos años con "mis enemigos", quienes me mantuvieron alejada de la docencia, del arte y la academia ha sido:
comprender que el exceso de bondad, silencio y compasión extrema genera también maldad y crueldad sin fin.
De ahí que se haga prioritario adicionar un aspecto muy importante, mencionado por mi ángel guardián teñido de luz púrpura en esta investigación.
La perspectiva de mi dulce ángel aborda la prioridad que he tenido que darle al justo equilibrio del aprender a dar amor sobre este plano.
Esta mirada en torno al amor retributivo, ha requerido de mi naturaleza extremadamente amorosa, una transformación dolorosa.
Ya que han sido "mis enemigos", los grandes maestros de lo oscuro, a quienes he de darles las gracias por ese aprendizaje.
Han sido ellos con sus acciones viles y despiadadas, quienes me han ofrecido la posibilidad de reflexionar que el aprender a dar amor en su justa proporción posibilita la sanación emocional.
Sin ese equilibrio en el dar y recibir amor de manera igualitaria, junto a la sanación emocional interna, es imposible activar los códigos de la riqueza material y de la hiperabundancia.
Las palabras del ángel han sido las siguientes:
Has de aprender a dar amor en la justa comprensión del planeta al que has llegado.
Has llegado al planeta del libre albedrío y también al planeta de la maldición kármica.
El karma ha recaído sobre cada uno de los seres humanos y de los no humanos que habitan este mundo.
La exposición a dicha imprecación no es otra más que, el hecho de quedar expuestos a la enfermedad de la vejez.
Cada uno, abocado a la esclavización del alma y también del cuerpo, por parte de otras especies no humanas que se creen superiores, aunque no lo sean.
Y al hecho de estar expuesto a convertirse en el alimento energético para otros seres.
Los seres humanos y no humanos están supeditados a ser atormentados permanentemente por entidades de los mundos oscuros.
Esa es la condena espiritual, energética y emocional que recae sobre la vida de cada individuo, al encarnar en este planeta y en este tercer superuniverso.
Esta realidad concreta deviene en profundas tristezas, enfermedades físicas y espirituales, así como en terribles experiencias kármicas, creadas por estas entidades.
De ahí que, mientras el propósito del mundo oscuro es la creación de traumas, bloqueos y adversidades.
El fin de nuestro acompañamiento angelical y exoterritorial es el aprovisionamiento y aprendizaje de herramientas emocionales que permitan:
1. la defensa y protección de la energía propia.
2. el avance sobre las adversidades de manera paciente.
3. la conquista en la ruptura de las emociones negativas para asimilar las emociones positivas.
4. la transformación evolutiva del alma.
5. la elevación del alma que potencie la esperanza, la compasión y la fe en la vida, y sobre ésta dimensión.
6. el aprender a compartir el amor junto a los otros de manera retributiva, igualitaria, y con límites emocionales saludables.
Entonces, el sentido de ésta investigación, el ejemplo de vida de mi madre, al igual que el trabajo emocional que el universo de luz me permitió aprender gracias a esta experiencia, habrá cumplido su cometido sobre esta tierra:
Ser una luz en medio de las tinieblas, convertirse en un ángel de luz, como mi madre lo ha sido y lo sigue siendo para mí.
Escrito por primera vez,
el martes 15 de julio de 2014.
(En el año del Caballo de madera).
Corregido por segunda vez,
el miércoles (1) primero de noviembre de 2023.
(en el año del conejo y el tigre de agua).
Kia Bo Roi, Autora