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Kia,
la pequeña niña Buda
y
su aleteo de colibrí azul.

Aeternitas ad infinitum
Las doce llaves de la prosperidad en medio de la adversidad.

Momijigari

(Caza de hojas rojas)

Aparte 5-2

¿Qué ocurrió

en la época en que fui docente

y

mis dones se encontraban bloqueados

por mi propia voluntad?

Durante mis años de adolescencia, y parte de mi juventud, época en que se encontraban bloqueados mis dones de clarividencia por mi propia decisión.

 

Experimenté en carne propia el extravió de las almas perdidas, al luchar contra los corpus del miedo, la ira, la ambición, la pereza, la tristeza, la depresión extrema y el suicidio; saboteé mi vida de manera continua y sistemática durante largo tiempo.

Espíritus de oscuridad me cercaron durante mis años de pubertad, adolescencia y juventud.

 

De este modo los corpus del miedo, la ira, la tristeza profunda, la ansiedad, la obsesión, la depresión, el escepticismo, la desesperanza y el deseo de suicidio, me persiguieron y minaron hasta enfermar continuamente, quedar exhausta y bloqueada, e imposibilitada para hacer lo que mi mente creativa veía, visionaba y lo que mi corazón ardientemente deseaba.

 

Durante esos años de academia, lectura compulsiva y el bloqueo voluntario de mis dones espirituales y místicos que le había pedido al cielo desde mi segunda infancia. Mi alma buscaba la luz y se refugiaba en los libros. Vivía una lucha a brazo partido contra mi propia oscuridad.

Fue a través de las imágenes luminosas de las pinturas y el arte renacentista de:

Gioto Dibundone, Leonardo Da Vinci, Sandro Botticelli, Miguel Ángel, Rafael, Giorgio de Chirico, Buonarotti, William Turner, Peter Paul Rubens, Francisco de Goya.

 

Vasily Kandinsky, Rembrandt, Vincent Van Goh, Claude Monet, Paul Cezánne, Henri Matisse, Manet, Kokoschka, Emil Nolde, Edward Munch, Diego Velásquez, Caravaggio, Messi, Kristiano.

 

Babe Rooth, Ainstein, Degas, Durero, Mucha, Frida Khalo, Pablo Picasso, Piero de la Francesca, Jan Van Eyck, Eugene de la Croix.

 

William Boughereau, Gustave Klimt, Tiziano, Agnolo Bronzino, Mark Rothko, Joan Miró, Salvador Dalí, Verner, Henri Mattise, Andy Warhol, Jean Michel Basquiat (Samo), Lichtenstein, entre otros.

En la literatura, las voces luminosas de muchos autores como:

Hermes Trimegisto, Lucrecio, Ovidio, Sócrates, Platón, Aristóteles, Pitágoras, Ludovico Ariosto, las upanishad, el mahabaratha.

 

El Bhagavatham y el kamasutra(el código amatorio) de la India, la flor de lis como el código erótico del medio oriente, Oscar Wilde, Dante Alighieri.

 

Victor Hugo, Ralph Waldo Emerson, Ernest Heminway, Michael Cunningham, Henry Corbain, Sorahvardi, Michael Ende, Kezamburo Óe.

Gustavo Adolfo Becquer, John Steinbeck, Emily Dickinson, Rainer M. Rilke, Jane Austen, Agatha Cristhie, Charles Baudelaire, Roland Barthes, Giovanni Boccaccio, Giordano Bruno.

 

Gustave Doré, Francesco Petrarca, Thomas Mann, Italo Calvino, Eugene O´neill, Edmond Jabée, Amartya Sen, Ralph Ellison, Osho, Lobsang Rampa, Carlos Castaneda, Alejandra Pizarnik.

Alfonsina Storni, Jose Asunción Silva, Fernando Vallejo, José Lezama Lima, Marina Tsviettáieva, Aldous Huxley, Edgar Alan Poe, Francisco Umbral.

Vladimir Nabokov, Nicolái Gógol Vasílievich, Fedor Dostoievsky e Ivan Bunnin entre algunos de los autores que leí y de los que me alimenté.

Cada uno de ellos lanzó, a través de sus palabras y pensamientos esperanzadores, grandes lianas, cuerdas largas y anchas que me permitieron salir del ajugero negro en el que había caído.

La pedagogía del desierto que realicé durante tantos años, aislarme afuera, para poder aislarme dentro de mi misma, me permitió comprender que sólo alguien que haya vivido y experimentado en carne propia, los corpus emocionales negativos de la tristeza profunda y la tendencia al suicidio, tiene autoridad moral para ayudar a otros a salir de sus indecibles abismos.

Ya que reconoce cómo operan a nivel mental, emocional y físico, y puede ver el tormento de los demás, por lo vivido en su propia experiencia.

Al despertarse dentro de mi cada regalo del cielo, los cuales me han costado grandes sacrificios, y una larga caminata por la ruta del aislamiento; en ocasiones, por el desprecio y el rechazo.

Así como muchos momentos de silencio y soledad. Cualidades que amo y valoro sobre todas las cosas.

Mi visión mística y espiritual acerca de lo divino se hizo heteróclita y escópica de manera multidimensional.

Ya que a mi mente hiperracional llegó la epifanía de saber que:

El sufrimiento humano muy humano, al conectarse con la dinámica de la naturaleza, de la que habla el filósofo Nietszche. Junto a la dualidad, proveniente del caos y la energía de la oscuridad.

Ambas, fuerzas inoculados en el ADN humano desde su origen como especie, es y seguirá siendo el caldo de cultivo que potencia, en el alma humana, el deseo profundo de transformarse en el superhumano.

Uno que halla en el sentido y el contacto con la tierra, su naturaleza más noble y elevada hacia los cielos infinitos.

¿Cómo se forma dentro de mi naturaleza

la visión etnológica

de las encarnaciones?

Fui formada en el constructo religioso protestante, cristiano o evangélico durante mi segunda infancia y parte de mi adolescencia. Puesto que mi madre ha sido y es de esta creencia religiosa.

 

Aunque luego me retiré de la doctrina, por considerar que necesitaba más herramientas que me permitiesen comprender la concepción de lo divino en las múltiples formas que ésta posee.

La semilla del amor al Dios de pura luz, del dar y amar, muchas veces sin recibir nada a cambio, fue sembrada en mi alma a punta de agua, fuego, tierra, aire y éter.

 

Desde ese discurso, a través de las experiencias, y gracias a mi madre, para toda mi vida.

En la actualidad hubiese deseado haber tenido la oportunidad, de crecer en las corrientes religiosas ancestrales del budismo zen, o en el mundo de los lamas (monjes) del Tíbet.

Pero luego de conocer cómo opera la dinámica de las reencarnaciones humanas y no humanas, así como del mundo de lo suprasensible.

 

Y luego de explorar etnológicamente y a través de la historia de las religiones, algunos de los múltiples rostros que tiene el Dios de pura luz en las culturas, grupos humanos, y territorios alrededor de algunos lugares del mundo.

He comprendido, como lo afirma el libro tibetano de los muertos o el Bardo thodol que:

“Cada ser humano puede elegir un continente y un lugar para renacer. Siempre y cuando sepa escoger el lugar más cercano a la iluminación que le permita acceder a la liberación del mal karma (2) y del samsâra (3).

Y de todos los continentes que pueda escoger como lugar de renacimiento, habrá de evitar seleccionar un continente donde la religión no predomine en él, aun cuando sea dichoso y agradable o se dé abundancia de riquezas materiales.

Ya que si la persona a pesar, que se haya entregado a prácticas religiosas, o haya alcanzado grandes logros personales, académicos, científicos o materiales en ese continente escogido sin religión, no conoció ni internalizó las enseñanzas místicas y metafísicas del Bardo, y al contrario vio y habló despreciativamente de lo que desconocía.

Adicional a lo anterior, si es muy hábil o se entrega a su propia doctrina, y por no haber conocido jamás ni haber sido iniciado en lo místico.

Al ver de pronto lo que nunca antes había visto, y su visión le resulta antipática, así como el expresar sentimientos de antagonismo, una vez despiertos, vuelve irremediablemente al samsâra a través de crueles encarnaciones, en cuerpos y vidas donde le hacen pasar por dolorosos estados de existencia, llenas de sufrimiento y padecimiento sin fin.

Ahora, la liberación será obtenida simplemente con no dudar, y estudiando la doctrina del Bardo con gran amor y respeto, pues es la madre de todas las doctrinas”(4).

Sé que me fue impuesto nacer en Colombia. Sé que debía nacer en la ciudad de Cali, para luego vivir la experiencia de mi segunda infancia y pubertad en la ciudad, capital del petróleo de Colombia, en “Barrancabermeja” Santander.

Sé que debía aprender acerca de la fuente universal del amor desde la concepción religiosa “evangélica o protestante” a muy corta edad, junto al ángel de luz y las grandes maestras espirituales que han sido mi madre y mi nana.

 

Ahora, sé que debía nacer en la familia en que nací, tener los padres que tuve, tener las experiencias de amor humano que tuve y que debía padecer, así como las inclemencias que sufrí.

 

Era necesario para mí, nacer en este país y reencontrarme con mis enemigos de vidas anteriores.

 

Enfrentarme a ellos en la forma que han aparecido en mí vida, para luego perdonarles, y de este modo, deshacer mi karma.

 

Al permitirles ejecutar el daño que ejercieron sobre mí, ellos facilitaron mi liberación del samsâra y dieron luz a mi consciencia despierta.

Cada momento vivido con ellos debí atravesarlo y asumirlo de manera humilde, silenciosa, estoica, noble y amorosa. Sin reproches, sin envidias, sin ambiciones, sin venganzas y sin odio en mi mente, cuerpo y corazón.

 

Sé que me era necesario aceptar mi mal karma y los corpus emocionales negativos que pasaron junto a mí al nacer.

 

Sé que he de aceptar amorosamente, respetar y cuidar el bello cuerpo que me fue asignado, como mi verdadero y único recipiente, también antes de nacer.

Con lo dicho acerca de la elección de la religión, lo que pretendo compartir e ilustrar no es la imposición de una forma religiosa respecto de otras.

 

Con lo comentado hasta aquí, lo que busco es que cada ser humano pueda comprender que tiene la maravillosa oportunidad de escoger un lugar para vivir sobre este planeta donde exista una religión que lo eleve hacia la luz.

 

Cada religión tiene una parte de la luz y la verdad. Lo que importa de esta exploración acerca de lo religioso, no es tratar de persuadir al lector sobre mi forma particular de ver al Dios de pura luz. Ni tampoco me interesa convencerle de que ésta concepción es la única que existe.

 

Todo lo contrario. Lo que pretendo mostrar es la necesidad de comprender otras visiones de lo místico, sin entrar en procesos de juzgamiento o aseveración rígida de la verdad divina.

 

Ya que las verdades místicas, aquellas de aprender a dar y recibir amor a cambio de nada, trabajar en el proceso de perdonar a los enemigos, evitar juzgar al otro, evitar juzgarse, amar los dones y la naturaleza que nos acompaña, aprender a tener fe, evolucionar y convertirnos en seres de luz; se encuentran esparcidas entre todas las religiones que habitan este planeta.

 

A medida que cada quien se permita expandir su concepción del amor, desde la tolerancia y por cualquiera de las vías religiosas que considere.

 

Cada una de estas líneas de pensamiento le ayudará en el encuentro de algunas herramientas. Éstas le permitirán acceder a su liberación del karma y al encuentro con su iluminación.

Lo otro que me interesa aclarar, al instar al lector a considerar la posibilidad de escoger desde sus insumos y experiencias, una, cualquier o varias religiones en busca del Dios de pura luz; es la comprensión de saber que cada ser humano posee una cosmovisión particular y única de Dios.

 

Esta va por encima de las religiones, y  generalmente se ajusta a las necesidades interiores de cada quien, así como a su manera particular y única de entender cómo opera su propia naturaleza y el orden natural de este mundo.

Aclaro que no soy religiosa. Tampoco desconozco la historia dolorosísima que han vivido muchos países y culturas en Europa, Asia, el medio oriente, la antigua Hispanoamérica (Latinoamérica), y alrededor del mundo en torno a los conflictos bizantinos y medievales respecto de la imposición de una sola y única religión.

Esa obsesión bizantina de generar dolor y sufrimiento a través de la imposición de la única forma de ver a Dios por encima de las demás.

 

Todo ello se constituye en un desgaste energético innecesario, que deviene en cruentas guerras que han impedido el proceso evolutivo de los seres humanos a lo largo de las épocas, junto a la historia de la humanidad.

Todo este esfuerzo vano tratando de imponer una única forma intolerante y bizarra de ver a Dios, junto a un discurso religioso monosémico (5) y ritualista, acompañado de ciertos rictus violentos y censuradores de los otros.

Sin lugar a dudas, el recorrido turbulento en torno a las religiones no es nada breve. Pues se encuentra articulado al proceso evolutivo de las civilizaciones.

 

De ahí que sea ineludible aclarar mi punto de vista, sin dejar de lado el conocimiento que poseo en torno a la realidad brutal y violenta que ha tenido, y que sigue teniendo, la historia de las religiones sobre este planeta Pachamama, Gaia o Urantia, como algunos lo llaman.

Al respecto considero que mi forma de asumir la necesidad de una religión que como bien dice el arqueólogo francés Salomón Reinach en su libro Orfeo:

obedece a un interés por mantener en justo equilibrio “la hiperracionalidad, en tanto vuelvo a recordar lo sagrado que existe en los seres, los animales, y las plantas”.

 

Lo valioso es recordar que quienes coexisten junto a nosotros, requieren de nuestra compasión, comprensión y tolerancia sin fin, y no sólo ser vistos por su valor de utilidad.

Aun cuando la historia de las religiones y los cultos antiguos sean sólo el montículo sobre el cual los sacerdotes de antaño erigieron sus estrategias de segregación social, racial y económica; así como sus políticas de distribución de la riqueza material, en tanto consolidaban espíritus colonialistas y dominadores en muchos seres humanos; es innegable que:

“El origen de las religiones se confunde con los orígenes mismos del pensamiento y de la actividad intelectual de los hombres; su decadencia ó su limitación. Esta es la historia de los progresos que ellas sólo han hecho posibles” (Reinach, P.27).

De este modo, la historia de las religiones y sus misteriosos cultos han devenido en los estudios especializados de las ciencias exactas, las cuales dieron como resultado la exploración y desarrollo de la química, la física, la medicina, las neurociencias, la genética, la cibernética, la robótica, la astrofísica, las ingenierías, las matemáticas, las complejidades de la materia y del éter, o la astronomía.

Así mismo han aparecido las ciencias morales, a saber, la jurisprudencia del derecho, la política, la estrategia militar, la ciudadanía, la civilidad, los movimientos liberales, la hermenéutica, y la normatividad de la ley que legisla sobre los hombres en lo terrenal, en lo marítimo, lo internacional y lo exopolítico.

Ni qué decir, de las ciencias sociales que dieron a luz la filosofía del pensamiento, la filosofía del lenguaje, la filología, la literatura, las artes, el urbanismo, la arquitectura, la estética, el cine, la arqueología, la arqueoastronomía, la antropología, la antropología de las emociones, la etnosemiótica, la violentología, y la criminalística, entre otras.

Y no dejemos de lado las ciencias de la psique, que junto al deseo de develar los tabús, los ritos, y la mística de los cultos, así como la metafísica del mundo, se han especializado en la psicología, la psiquiatría, la simbólica, la etnología, la criptografía, la psicología forense, los estudios sobre patrones de comportamiento, la microgéstica del cuerpo, y la etnobiocultura de la emoción, como mi trabajo bandera, entre otros.

Con este sucinto recorrido, lo que he querido anotar es que la ciencia, así como la intelectividad y el posterior desarrollo de los seres humanos nace de la religión.

 

Al considerar las lógicas de cualquier corriente académica, bien sea ésta histórica, filosófica, legislativa, política o religiosa se busca una conexión con lo sagrado y lo místico que hay en nosotros.

 

Cada una de estas nuevas formas o caminos para buscar lo trascendente se encuentra vinculada a la comprensión que:

La vida es un sufrimiento entre existencias pasadas y existencias futuras, que estuvieron y estarán también llenas de tristeza. El suicidio no nos libraría, por no impedir el renacimiento a otra vida (Reinach, p.70).

Por ello, en ese avatar que resulta ser la epopeya de la transmigración (reencarnación), es prioritario recordar que de todos los lugares que podrá escoger el individuo antes de nacer, él (ella) necesita seleccionar uno donde haya una religión que le ayude a evolucionar hacia la luz y le permita acceder a la ruptura del círculo del samsâra (el círculo interminable de nacimientos y muertes). Sea cual sea su elección y decisión en torno a Dios.

Se me encomendó, junto a mi madre, nacer en este grupo humano llamado Colombia.

Todo ello con el fin de ayudar a desarrollar su alta creatividad y cómo, a través de ésta, puede encontrar nuevos caminos para construir la paz. En este caso, mediante mi trabajo académico, artístico, emocional, y místico.

 

Lamentablemente esa paz tan añorada no será posible en Colombia, hasta que no se libere del oscuro y putrefacto karma que utilizó el proceso de paz y la justicia transicional para crear la falsa ilusión de un postconflicto inexistente.

 

Dado que los conflictos se han multiplicado a consecuencia de la proliferación de nuevas mafias y de un solo líder político corrupto, que se ha erigido como el rey de los mafiosos y de las mafias en Colombia:

El Vesania. Ese gran traidor vestido de falsa bondad que ha minado el inconsciente colectivo de la población colombiana de nuestros tiempos, y que ha prostituido las esferas sociales de arriba y las esferas sociales de abajo.

Ahora, la mafia del narcotráfico, la mafia del paramilitarismo que día a día toma el control sobre los campesinos, los alimentos, las plazas de mercado, la red de comerciantes, la red de empresarios.

Esta mafia que controla a los prestamistas, a los comerciantes del oro, la economía doméstica, y la macroeconomía desde la bolsa de valores a nivel nacional e internacional.

Este líder político de la mafia que controla la red de ladrones, de sicarios, de pedofilia, de prostitución infantil y juvenil a nivel nacional en Colombia, y a nivel internacional hacia USA, el Reino Unido, Alemania, Noruega, Holanda y otros países en Europa.

Así como controla la red de tráfico humano y el inextricable y oscuro vínculo entre estas mafias y los líderes que controlan y dominan el sistema financiero en Colombia.

Desde este panorama tan funesto donde la oscuridad ha tomado el poder en todos los escenarios habidos y por haber.

El fin del trabajo de mi madre, de mis hijitos perrunos, gatunos, equinos, las arboledas, los cuerpos de agua y el mío es la conformación de un pensamiento positivo colectivo, que acceda a la comprensión de los procesos de creación de la consciencia, la transconsciencia, la iluminación y liberación del mal karma, o de lo que llamo en mi estudio:

la ruptura de los corpus bioculturales emocionales negativos.

En otras palabras, aprender a aceptar los errores, lograr pedir y ofrecer perdón, desarrollar el corpus emocional positivo de la humildad en cada uno de nosotros y aprender a manejar la emoción con sabiduría.

Tener una mejor calidad de vida al deshacer los nudos o anclas emocionales negativos, que impiden mejores relaciones sociales, laborales, afectivas o familiares saludables, consigo mismo o con otros.

Todo lo anterior implica expandir la mente hacia una concepción más amplia de la prosperidad, que vaya más allá de la cuestión eminentemente monetaria, material e instrumental.

 

Aquí vale la pena citar a Martha Nussbaum y el ganador del premio nobel de economía de 1988 Amartya Sen, quienes al hablar de prosperidad y calidad de vida afirman lo siguiente:

“Sólo saber cuánto dinero está disponible para un determinado número de personas, no nos llevará muy lejos. Porque también necesitamos preguntar acerca de la distribución de estos recursos y de lo que hacen en la vida de la gente.

[…]Necesitamos saber no sólo del dinero que tienen o del que carecen, sino también qué tan capaces son de conducir sus vidas.

 

Necesitamos saber de su salud y de los servicios médicos, conocer su educación, y no sólo la disponibilidad de ésta, sino de su naturaleza y calidad.

 

[…]Es necesario saber acerca del trabajo, si es satisfactorio o tediosamente monótono, si los trabajadores disfrutan de alguna medida de dignidad y control, y si las relaciones entre los patronos y la mano de obra es humana o denigrante.

 

Es necesario saber qué privilegios legales y políticos disfrutan los ciudadanos, qué libertades tienen para conducir sus relaciones sociales y personales.

 

Es necesario saber cómo están estructuradas las relaciones familiares y las relaciones entre los géneros, y la forma en que estas estructuras promueven o dificultan otros aspectos de la actividad humana.

Sobre todo, se requiere saber la forma en que la sociedad de que se trata permite a las personas imaginar, maravillarse, sentir emociones como el amor y la gratitud, que presuponen que la vida es más que un conjunto de relaciones comerciales, y que el ser humano, a diferencia de las máquinas […] es un misterio insondable”(7).

Sin esa necesidad prioritaria al comprender conscientemente ¿por qué aparecen los enemigos en nuestras vidas?

Sin esa construcción de la consciencia expandida mediante el uso de las artes, la oración, la meditación y el entrenamiento físico.

 

Al igual que una buena alimentación a base de frutas, verduras y cereales, y la clara comprensión del por qué hay que superar mediante la humildad y sencillez de corazón el mal karma.

Es imposible acceder a un mejor manejo emocional y por ende, es improbable la ruptura del samsâra colectivo o individual.

 

Así como la adquisición de la tan añorada prosperidad y riqueza material de manera equilibrada, junto al proceso evolutivo del ser humano.

La ausencia de consciencia materializa el mal karma en los corpus bioculturales de: la corrupción, el robo, el miedo, la ira, la envidia, la brujería, la soberbia, la vanidad, la indiferencia, el odio o la venganza.

 

Y en otros corpus más letales tales como: la vacuidad, las adicciones, la ambición desmedida, la avaricia, la esclavización, la celotipia, la locura, la dominación, la crueldad.

 

La lujuria y sus excesos a través de la pedofilia, las violencias sexuales, la prostitución, el sadomasoquismo, el suicidio, el homicidio y la psicopatía.

 

Y como los hechos hablan más que mil palabras, el ejemplo de uno de mis clientes-pacientes y el mío propio ha sido expuesto en esta ocasión, junto a mi basura emocional, material y espiritual.

Todo ello, con el fin de abonar el campo para esparcir, sembrar, hacer germinar y crecer la semilla de la iluminación y la liberación para otros.

 

Es claro que ahora, al gozar de la buena fortuna que encontré en mí interior, allí en mi silencio y soledad:

 

la de la expansión de la consciencia mediante el uso de mis dones, la alta creatividad, y la sabiduría obsequiada por el Dios de pura luz.

He tenido la oportunidad de desarrollar las herramientas emocionales, académicas y espirituales, que me ayudarán, no sólo a mí, sino a muchos seres en Colombia y fuera de ella, a través de la vía de mí técnica:

 

en el proceso de extirpar, y eliminar del alma el mal karma que les ha tocado vivir. Para luego hacer nacer, desarrollar y crecer dentro de sí, la luz.

El hallazgo, al crear la vía de mi técnica como una nueva forma de concebir, desmontar emociones negativas, y sanar interiormente el mundo emocional y mental, a través de la comprensión de esa relación inextricable que existe entre lo espiritual y lo material; facilitará el tránsito de muchos seres durante las siguientes generaciones por este plano.

Y si cualquiera de los lectores que aplique mi trabajo a su vida ha de volver a reencarnar. La labor que realice ahora le permitirá disminuir su deuda kármica.

Con esto en perspectiva, cualquier individuo podrá disfrutar de la verdadera y genuina felicidad, la prosperidad y el amor en abundancia, tanto en esta vida como en las próximas que tenga.

Ya no en este planeta, sino en otros superuniversos o misiones, en otros planetas a los que se me asigne.

Ya que también sé, que en el caso de algunos, así como en el caso en específico de mi madre, de mis hijitos perrunos, gatunos y del mio, ésta es nuestra última encarnación en este, el planeta Acqua, así como en el hermoso cordón lumínico de luz y amor de este (3er) tercer superuniverso.

Glosario

 

(2) Samsâra es una palabra que proviene del sánscrito y significa el “hecho de recorrer una extensión, de pasar de un estado a otro”, flujo moviente de los fenómenos, ciclo de la transmigración.

La “reencarnación”, a la cual los occidentales están hoy en día tan aficionados, no es más que un reflejo disminuido de esta doctrina.

 

Designación general de la experiencia del mundo como algo cambiante, contingente e inestable. Es la existencia condicionada.

El transcurrir de las existencias, el devenir universal, sin comienzo ni fin. 

De este modo, el Samsâra chakra significa la rueda de la muerte y el renacimiento.

Tomado de http://www.scribd.com/doc/12378103/Glosario-Sanscrito Glosario Sánscrito. Eco Granja Homa Olmué. P. 84.

(3) Acción, deber, actos condicionados. Acto, acción bajo todas sus formas (en sentido técnico, acción ritual tal como está preescrita por el Veda).

Ley inmanente de la cual resulta el que toda acción tenga un resultado inevitable, en ésta vida o después.

 

Se ha abusado mucho de éste término en Occidente dándole una resonancia moral que no tiene originalmente.

La “obra” y sus consecuencias: La serie de actos realizados en esta vida y en las precedentes; la continuidad de las causas y de sus efectos. Literalmente “acción”.

 

En particular es la ley inmanente que quiere que una acción dad tenga un resultado dado. Op. Cit. P. 47.

(4) […].,[2003]. El libro tibetano de los muertos. Ed. Lectorum. México. Pp.53, 71, 105, 112.

(5) Palabra que proviene del latín monos (único) y sema (significado) y significa: “que posee un sólo y único sentido de interpretación”.

(6) Reinach, Salomón., [1985]. Orfeo. Historia de las religiones. Ed. Barcelona. España. P 27.

(7) Nussbaum, Martha C. & Sen, Amartya.,[2002]. La calidad de vida. Ed. Fondo de Cultura económico. México. Pp.16, 17.

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