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Kia Bo Roi

Kia,

la pequeña niña buda

y

su aleteo

de Colibrí azul: 

Aeternitas ad infinitum

(Hasta el infinito y la eternidad). 

Las (12) doce llaves de la prosperidad en medio de la adversidad.

 

 

 

APARTE I-3 DEL LIBRO

¿Qué hay que ver?

Lo escópico y caleidoscópico

de la emoción de la ira.

La Luz siempre destruye a la oscuridad.

Mientras el amor transforma la maldad en luz,

es necesario luchar para evitar que ésta última deje su marca.

KIA BO ROI.

Las nuevas miradas requieren de un esfuerzo adicional de nuestra parte. Es necesario esmerarse por adaptar la mente y los sentidos a la lectura de lo escópico y lo múltiple.

Ya que ésta nueva concepción acerca de la ira, como un corpus biocultural, es analizada en este libro desde varios referentes teóricos.

 

De este modo, los estudios sobre integración e identidad latinoamericana, la cultura política, la antropología de las emociones, la etnología, la semiología y lo simbólico.

 

La bioantropología, los estudios sobre patrones de comportamiento, psicopatía, la psicología de los arquetipos, algunas teorías de la astrofísica, la medicina bioenergética y los estudios científicos que observen atentamente cómo opera la mente humana en lo que se denomina la consciencia, en su acepción etológica serán los faros que nos permitirán comprender esta nueva concepción.

 

Es aquí donde se vuelve prioritario observar cómo, éste corpus etnobiocultural de la ira, paulatinamente se ha transformado en un gran agujero negro que absorbe y destruye lo que está a su paso.

 

En ese rastreo etnográfico y a la vez, arqueológico, se puede evidenciar su imbricación en la historia política del país, así como su influencia en la cultura intra/interpersonal, familiar y social de los colombianos y por extensión de otras nacionalidades y grupos humanos en el mundo. La configuración del mismo y de sus hilos de pensamiento se ha constituido en el objeto de estudio de esta investigación.

 

La transmutación interna de este corpus biocultural de la ira, a nivel individual o colectivo, requiere de una genuina disposición para el cambio.

Lo anterior contribuirá específicamente en una saludable cultura ciudadana y en cambios comportamentales a niveles profundos del pensamiento y la acción, tanto de los individuos como de la ciudadanía.

 

Por ello, la transformación de la cultura de la ira en una cultura de paz en el ámbito intra/interpersonal, familiar, social, cultural y político, exige mucho más trabajo y cambio personales de carácter individual, que logren trascender al plano colectivo.

Más allá del mero hecho de ingerir unas píldoras recetadas por el médico o de escuchar una conferencia, o varias, durante un fin de semana. Sin ese cambio personal, el individuo llegará a crear otro problema que le hará retroceder al origen primero de la enfermedad social o individual, a nivel físico.

La clave está en la fuente, en explorar la emoción, a través de la autoobservación. Sin el desarrollo de esa herramienta interna, que nos guía hacia la luz divina que hay en cada quien, será imposible detener la avanzada feroz del corpus biocultural de la ira, así como de sus hilos de pensamiento.

 

Cada uno de estos hilos, que conforman los microhábitos, corroe y destruye el espíritu humano, así como la bondad inherente que sobrecoge, y que ha unido por eones de tiempo, a todos los seres humanos, y a la naturaleza biodiversa que nos rodea.

 

Tratar la fuente exige, como lo afirma la científica atmosférica Bárbara Brennan:

 

Un cambio en la forma de vida, lo que en último término, conduce a una existencia más acorde con el núcleo del propio ser. Conduce a una parte más profunda de nosotros mismos, que a veces se denomina el yo elevado o la esencia interna de la divinidad.

 

Desde luego, saber cómo funcionan nuestras emociones, detectar y aprender a desechar los hilos de pensamientos, así como los microhábitos del corpus biocultural de la ira.

 

Descubrir cómo nos afectan y cómo influyen en nuestro entorno personal, laboral, político y social, exige poner mayor atención a nuestra voz interna, para sanarlas y transformarlas.

 

Ésta es una de las metas de esta investigación. Así que tomo algunas palabras del astrofísico Stephen Hawking, ajustadas al objeto de estudio de este trabajo: “Si usted piensa que está en el agujero negro de la ira, no se dé por vencido: ¡Hay salida!”.

 

La vía de mi técnica

Trisaltatio, fitness para el alma

Dicho esto, aclaro que la vía de mi técnica convierte a un noble en un samurái, mientras éste recorre un camino que le enseña el poder de la danza, fusionada con el canto, la música, el entrenamiento fitness, el coaching, la imaginación activa y la alegría. Cada una de ellas, piezas claves que permiten la elevación de la energía divina a través del mundo de las apariencias.

 

A medida que cada aspirante a samurái, aprende el uso particular que la vía de mi técnica hace de la meditación en acción, se va creando y destruyendo en el puro gozo del juego dancístico, el nudo emocional o el obstáculo que le impide acceder a la prosperidad y a la curación plena en su vida.

 

En últimas, mi propósito al diseñar Trisaltatio, fitness para el alma, como lo diría el místico, matemático, y filósofo del lenguaje Ludwig Wittgenstein:

 

Todo decir es un mostrar, (4.461, 4.022). […] [Y en últimas], nada se pierde por no esforzarse en expresar lo inexpresable. ¡Lo inexpresable, más bien, está contenido – inexpresablemente- en lo expresado! Existe, ciertamente, lo indecible. Ello se muestra, es lo místico (6.522, 6.44ss) .

 

Esta es mi manera de conciliar la recurrente falta de relación que existe entre unas cosas y otras. La ausente conexión entre las múltiples técnicas inventadas a diario, a lo largo y ancho del planeta, pero que no guardan vínculo directo con la vida cotidiana de las personas.

 

La falta de unificación entre lo místico con lo prosaico, lo inexpresable con lo decible, y lo práctico con lo cotidiano y simple que hay en nosotros, imposibilita la elevación de la consciencia y el encuentro con la búsqueda de la iluminación.

 

Esta misma dificultad, a su vez, impide que cualquier individuo pueda dar nacimiento a su particular búsqueda espiritual, desde su propia y peculiar forma de ver, percibir y experimentar la luz (el Dios de pura luz o la fuente universal del amor), o de no verle en sus vidas.

 

Aquí hablo de los agnósticos, egomaníacos, megalómanos, narcisos, materialistas, cientificistas e hiperracionales (entre los cuales me encuentro), ateos, no creyentes, escépticos, y satanistas, entre otros.

 

Aunque a cada uno de ellos no se les puede mezclar en un mismo saco. La dificultad para encontrar su propio camino hacia la luz, estriba en que la imaginación la encadenan a sus caprichos, miedos, tristezas, falsos placeres y desesperanzas, mientras dejan pasar la vida jugando, corriendo tras el placer y huyendo por estos laberintos y prisiones que han creado en su mente con su propio Minotauro. Esto hace un poco más tortuoso, incomprensible y anodino, el recorrido por este plano material.

 

Estas son otras vías, otras formas de buscar lo místico. Pues cada uno, a su manera, también reconoce una forma distinta de ver y experimentar lo inexpresable en su negación de ello. Uno no niega lo que no existe. La negación de la luz es la ratificación de la existencia de lo que se niega.

Aclaro.

 

Considero que cada una de estas formas particulares de ver lo místico tiene propósitos espirituales. Quienes eligen cualquiera de estos caminos, también están en una búsqueda espiritual que les lleva a evolucionar por lo que llamo “la vía negativa”. Eso no significa que sea un desacierto o un error escoger alguno de ellos. Eso sólo significa que es otro camino para evolucionar y buscar la iluminación.

No obstante, he de decir que la exploración por las vías del satanismo, la hiperracionalidad desarrollada sin una conexión con lo místico-espiritual hacia la fuente universal del amor; el encumbramiento de la tecnología y la ciencia a la altura de la deificación.

 

En este mismo grupo también se puede mencionar la religiosidad que no guarda relación con la espiritualidad sino con el ritual vacuo, desconectado del individuo, y carente de sentido frente a su necesidad interior.

 

Todo ello lentifica, hace paquidérmico y retrasa, durante eones de vidas el proceso evolutivo hacia la luz. Arrastra hacia abajo, y por la vía negativa, la elevación de la consciencia hacia la fuente universal del amor y genera la involución del alma humana.

 

Ahora, a quienes su necesidad interior les obligue a transitar por estas vías, tan válidas como cualquiera, en búsqueda de su propio camino para encontrarse primero con lo peor, y luego hallar lo mejor de sí mismos; se verán en la necesidad imperiosa, casi obligatoria, de trabajar en esa oscuridad, y en su propia basura, con el fin de cultivar la semilla de la luz, hasta que comprendan el camino que lleva hacia la iluminación.

 

Esta es otra forma de trabajar con nuestra shit “mierda”. Sólo se vuelve hábil el aprendiz de samurái o boddhisatva, si logra reconocer y dar muerte a su propia oscuridad, para luego crear consciencia.

 

Al pensar en quienes son poco hábiles y tiran samsâra; es decir, quien hace girar la rueda del karma en búsqueda de nirvana, repitiéndose una y otra vez, generando de nuevo dolor y sufrimiento para sí; es decir, tratando de encontrar su propia liberación y estado de paz. Me refiero a aquellas personas que toman las vías samsâra que describo a continuación, estarán impedidos para encontrar su propia iluminación de este modo: 

 

El placer anodino en lo material que a su vez genera estatismo e inercia; la abnegación, la lástima, el autosacrificio, la resignación, la manipulación, el sadomasoquismo, la dominación emocional o psíquica, así como la manipulación psicológica o sexual; el deseo y la necesidad de control sobre las situaciones o los demás; el apego mental y físico por una persona, o por los bienes materiales.

 

De igual modo, la esclavización, la dominación, el acecho, el hostigamiento, el acoso, la difamación, el bullying, los ataques psíquicos mediante la brujería y la magia negra, la injuria, la calumnia, el terror mediante organismos del Estado y del Para Estado, la coerción física o mental sobre el otro(a), el asesinato, o la psicopatía como vías posibles para la salvación y purificación de los errores. Ninguno de estos podrá hallar la iluminación (el nirvana) cuando ha decidido, por elección propia, condenarse a sí mismo y experimentar de manera cotidiana, una situación infernal y cíclica que ha normalizado, y asume como parte de su diario coexistir.

 

Quien decide quedarse en ese estado, por los motivos citados en el párrafo anterior, y ofrece su vida en sacrificio, ante éstas situaciones emocionales, kármicas, y desafortunadas. No sólo no está trabajando con su basura. Simplemente da vueltas en círculos concéntricos con ella.

 

Realmente este individuo no podrá salir del nudo emocional que ha creado, y que sigue perpetuando en la repetición infinitesimal del (samsâra) de su suciedad ad infinitum.

 

Allí, simplemente se da lo que denomino: “el estado de inercia, que condena a la impotencia”. La situación que fue escogida por el individuo, por lo general de manera inconsciente, no es analizada o estudiada por él mismo. Aunque algunos escogen estas vías conscientemente. Entonces la inconsciencia es aún mayor. Simplemente el sujeto sigue con su vida, sin detenerse en la autoobservación de su error. Mueve su basura en círculos sin sentido. ¡No avanza!

 

Si luego de leer estas palabras, usted logra reaccionar y ver su propia Greia, y en ese avistamiento, su reacción es la de la emoción de la ira. No se preocupe. Esa ira contenida durante tanto tiempo ha salido por fin a la luz. Ahora, ya empezó el camino correcto, se acabó de hacer consciente, y dio inicio al trabajo con su propia basura.

 

Al fin, quien lea estas palabras, habrá encontrado una particular manera de vincular su tierra con su cielo, lo cotidiano con lo indecible e inexpresable; y podrá serle mostrado el mundo de lo místico que le habita.

 

Le invito a recorrer, junto a mí, la grandeza que usted posee. A medida que avance por las páginas de este libro, podrá descubrir la forma en que le ayudo a convertirse, al igual que yo, en el mítico, mágico y poderoso Perseo con sandalias aladas, mientras aprende a cortar la cabeza bestial de su propia Medusa.

Citas bibliográficas

Wittgenstein. Ludwig., [2005]. Tractatus lógico-philosophicus. 2ª reimpresión. Alianza Ed. Madrid. España. Pp. 17, 19, 85, 131.

Término latino que significa “Hasta el infinito”.

 

Las tres Greias o “grayas” en la mitología griega tenían la apariencia de cisne y compartían un sólo ojo y un único diente. Conocían la ubicación de Medusa, y fueron quienes le indicaron al héroe Perseo donde encontrarla. Tomado de Graves, Robert., [2001]. Los mitos griegos I. Alianza ed. Madrid. España. Pp.317-318.

Lee nuestro primer libro aquí.

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